Caso de prenda ejecutada abusivamente. Rosana había adquirido una camioneta en una concesionaria de Trelew, con un crédito prendario otorgado por un banco que no tenía sede en la zona. Cuando había pagado más de la mitad de las cuotas de la prenda, y sin que se le hubiera comunicado ningún incumplimiento, el Banco consideró que estaba “en mora”, y le inició una ejecución prendaria. Rosana reconocía que aún debía pagar varias cuotas pero tenía las constancias de las transferencias hechas mes a mes por los importes comprometidos.
Patrocinada por Libertas, Rosana respondió la ejecución prendaria, oponiendo los derechos que tenía a la información, al cumplimiento del contrato celebrado y cuestionando que se hubiera atrasado en los pagos. El Banco se mantuvo en su posición sin brindar información tampoco en el juicio de la supuesta deuda de Rosana. La Jueza de Ejecución de Rawson rechazó la ejecución prendaria e impuso al Banco las costas del juicio, con base en la violación de los derechos de Rosana como consumidora.